domingo, 10 de mayo de 2009
Aguas de agosto
Rapto de luz en el dominio del agua
Nave diminuta que se muere de vacío
Huyendo del profundo destierro de la especie
Lo oscuro te empuja a lo verde
La nostalgia arremete con un vértigo helado
Se pierde el sostén de la sustancia
Atrae a la distancia la altura ficticia
Tu íntimo deseo redondea el vuelo
Arrojado del ansia feroz de las entrañas
En la mínima costa se intuye el desconsuelo
Naufragio de la sangre atormentada
Llenar de reflejos los espacios
Espejar de colores la ausencia
Meras astucias del olvido
Estatua de lágrimas sin nubes.
Dolor. Frontera.
El misterio del círculo es el tiempo.
jueves, 17 de abril de 2008
Nostalgiando Utopías
At.
Sr. Escepticismo
Calle del Desencanto, s/n
S/D
Tengo el profundo desagrado de dirigirme a usted para solicitarle que desocupe mi alma a más tardar el 31 de Diciembre del año en curso.
He intentado en múltiples ocasiones y con diversas estrategias encontrarme con usted cara a cara, para explicarle personalmente los motivos de esta solicitud, pero no me ha sido posible. Sin duda lo que ha dificultado nuestro encuentro es su peculiar estilo, que consiste en mostrar una fisonomía distinta en cada lugar y ocasión.
No puedo precisar tampoco con exactitud en qué momento comenzó usted a infiltrarse en mi manera de pensar y de sentir. Sin embargo, estoy segura que no estaba usted presente en aquellos años de interminables reuniones, agitadas discusiones y arriesgadas propuestas. Aún puedo sentir el calor de las noches de verano, donde la vigilia y el vino barato enardecían tanto el deseo como el fuego de los sueños.
Lo que puedo asegurarle es que, en los últimos años, cada vez que el entusiasmo, la pasión o el mero interés por una causa comienza a asomar en mí, antes aún de que consiga instalarse en mis ojos una mirada nueva, siento en la boca del estómago el oscuro zarpazo del miedo. Miedo a volver a equivocarme, volver a creer, volver a caer en la ilusión del genuino interés por el otro, por la justicia, por la igualdad, y encontrarme más tarde con una realidad de mezquindades, intrigas y ambiciones. Miedo que produce desapego, distancia, ajenidad.
Pero también puedo asegurarle que no me resigno, que buscaré por todos los medios erradicarlo de mi espíritu, porque estoy convencida que su presencia es solo una máscara más de la vejez y la muerte. No estoy lista, creo que nunca lo estaré.
Se despide de usted aliviada, esperando no encontrarlo más en mi camino,
Consuelo Encarnación
PD: Considerese esta misiva como notificación suficiente a los efectos ilegales correspondientes. De no cumplimentarse en tiempo y forma lo solicitado, será expulsado con todo el rigor de las fuerzas de la risa y la empatía.
domingo, 2 de marzo de 2008
A una mujer sentada en el parque
Estás ahí sentada. Pero no estás.
Te veo. O quizás debiera decir que veo tu cuerpo, que entrega agradecido su peso a la madera del banco. Siempre elegís el mismo, el que está frente al arenero donde los gritos de los pibes llenan el aire de flechas de energía.
Ignoro. Cuántas son las cosas que ignoro, me digo cuando te veo.
¿De qué cielo son las nubes que pasan por tu frente?
¿De qué luz nacen las sombras que arrebatan tu mirada?.
¿Cuál es la historia que contienen los impenetrables límites de tus poros?
Si las heridas del alma se vieran a simple vista, ¿cuánto se tardaría en recorrer el mapa de sus huellas en el borde de tus labios?
Hay en tus dedos una caricia sin destino, a punto de volar hacia la hierba.
Un oleaje intenso y anhelante salpica de invisible espuma la cresta de tu pecho
No puedo trasponer tu misterio. Ni podría abrirte paso al mío.
Estamos tan solos con nuestros sueños, verdad?.
Nadie puede ponernos a salvo de la memoria.
Me reconozco en ese placer melancólico de abandonarse, de tanto en tanto, sin defensas, sin estrategias.
Sin que nada nos sujete ante el vendaval del tiempo que pasó y nos dejó lluviosos y ateridos viendo alejarse el último deseo.
Recojo las velas y vuelvo a controlar el rumbo.
Hasta el próximo viaje, amiga.
viernes, 29 de febrero de 2008
Noticias de Parlalandia (informe de investigación)
Del análisis de la bibliografía relevada por esta consultora se encuentran pocos elementos para formular hipótesis acerca de los motivos de la crisis que llevó a la casi total desaparición de la cultura que habitara las llanuras sin límite de Parlalandia entre los siglos I y III dTV[1].
Sin embargo, hemos utilizado también métodos etnográficos para avanzar en esta investigación. De tal forma, a través de entrevistas a algunos supervivientes y del análisis de contenido de material publicitario y periodístico de la época, podemos afirmar que un factor fundamental que puede contribuír a explicar lo acontecido es la aparición de un aparato denominado por sus inventores con el nombre técnico de GWD[2] y popularmente conocido como “el agradecedor”.
Si bien no pudieron encontrarse restos de tal artilugio, sí se pudieron observar dibujos y fotografías en folletos y publicidades gráficas y televisivas.
Su aspecto exterior era variable, podía ser un prendedor, un alfiler de corbata, un piercing, o un aro, entre otros muchos modelos disponibles. Contenía un complejo mecanismo de alta tecnología capaz de interpretar ciertas variables situacionales que rodeaban a sus usuarios, tales como presencia de luz natural o artificial, características del espacio en que se encontraban, si existían otras personas en dicho espacio, y en tal caso, su sexo, edad aproximada, volumen, etc.
En base a tal información, “el agradecedor” enviaba señales al cerebro del usuario/a y de éste a su aparato fonador, de tal modo que éste indefectiblemente emitía las palabras o frases convenientes para la ocasión.
El modelo standard inicial, generalmente utilizado en la vía pública, medios de transporte, ascensores, y otros lugares de contacto con personas más o menos desconocidas, era capaz de hacer decir “buenos días” (o tardes, noches, según fuera el caso), “gracias”, “disculpe”, “permiso”, “¿usted es el último de la cola?”, “parece que va a llover”, o “ya se viene el verano”, “cómo adelgazó usted, ¿qué dieta hizo?”, etc., sin que se requirirera del usuario que distrajera su atención de los verdaderamente importantes asuntos que ocuparan su mente.
Aparentemente el éxito de ventas de esta versión inicial fue de tal magnitud, que sus fabricantes ampliaron la producción y generaron modelos con adaptadores para otras situaciones, tales como “primera cita”, “entrevista laboral”, “visita a la suegra”, “sexo marital”, “sexo casual” ( estos últimos con variante masculina y femenina, heterosexual, homosexual, bisexual, sexo grupal, etc.), “fiestas de fin de año”, “viaje en avión”, “partido de fútbol”, entre otros.
Si bien el estado del estudio realizado hasta este informe de avance no lo permite afirmar con certeza, creemos que la crisis mencionada más arriba devino en primer lugar de una demanda del GWD que superó la oferta y por tanto elevó exageradamente los precios. De tal forma, algunos grupos de personas no pudieron acceder a renovar sus aparatos, los cuales además tenían un período de obsolescencia relativamente corto. Lo que sucedía entonces es que, al haber confiado totalmente su funcionamiento social en el aparato, estas personas habían olvidado sus hábitos sobre cómo mantener los usos y costumbres de relación que permitían a la sociedad considerarse respetuosa y tolerante. A consecuencia de esto, al parecer, mientras algunos ciudadanos seguían diciendo la frase esperada en cada contexto gracias a su acceso al último modelo del “agradecedor”, otros comenzaron a decir lo que realmente pensaban o sentían, o simplemente enmudecían, o padecían ataques de pánico por tener que enfrentarse a otras personas y no saber qué decir.
En el próximo informe esperamos poder ofrecer un análisis completo y exhaustivo de este curioso fenómeno. Sin embargo, no podemos dejar de señalar que el subsidio inicial recibido para el estudio resulta insuficiente, por lo que solicitamos se reconsidere la asignación prevista.
martes, 12 de febrero de 2008
Retazos de Insomnio
Rotos cuadernos de la primaria
notas de acordeones olvidados
lluvia detrás de cristales ajenos
parques más allá de los límites
recorridos atentos en diciembres amarillos
pañuelos de papel sobre la mesa de luz
descartables
necesarios
La puerta de la infancia en un rincón de la memoria
un chirrido
la luz de una vela en un cuarto casi mío
la medida de todas las cosas en una mirada oblicua
dulce octubre del mar de los cetáceos
un grito en la noche
un disparo a la sombra de la luna llena
una foto con sonrisa
otra con ausencia
un asado en General Rodríguez
cierto cansancio en la punta de los dedos
reflejos de una piel anacrónica en un atardecer de verano
el misterio del viaje en cada maleta
Retazos, apenas,
de asombro y melancolía
clandestinas aventuras de un espíritu somnoliento y parco.
domingo, 10 de febrero de 2008
Geografia de amores
y tu confianza, por fin, bajo las estrellas en el malecón de La Habana.
Un perfume a tabaco en la cajetilla de Montecristo que guardo entre las cartas,
y aquella carta que traduje por no querer entender lo que decía.
Esperarte, sentada sobre mi corazón aturdido, en la vereda frente a aquel hotel.
Y el sol que bombeaba en mis labios
cuando nos partimos de un beso en Plaza de Mayo, en medio de la ronda.
Y repartir miradas que no se miran, en medio de la clase.
En medio del viento que nos llama desde el Fitz Roy, nunca cuerpos tan rotos y tan enteros.
La luna llena en el desierto, detrás del Atlas, y tus pies fríos y emocionados.
Playas...tantas playas.
Sótanos de sexo furtivo entre los expedientes.
Muchos siemprejamases, más nuncamases, y siempre, otra vez,
escapar del miedo a dentelladas.
Ingenuas mentiras, atroces verdades,
lágrimas, perdones, derepentes, esperas
Y tus dibujos por las mañanas, ilustrando los mensajes para el día: conejitos, lagunas, palomas: “Urpilla, hoy vi tu luz cuando reíste”, y un sol en el cielo de papel.
Qué agobio de sangre urgente, enardecida
en un París trastocado por el Expreso de Oriente que me llevó a tu orilla.
Sentirme Isadora Duncan porque me estabas mirando.
y las fiebres de noches sin dormir, recordando tus pestañas en mi espalda
Todos los desayunos con mate y tostadas en un muelle del Tigre, el río como un manto de cristales
Y un niño que no fue, y otro que pudo ser
y otros niños que meten su manito en la mía: “vamos tía”
y ese alboroto en los ojos cuando te miran
ese estallido que reclama voraces rebeliones
Una manzana hace un estruendo de color en mi cocina
todo está aquí, todo está en mí, toda mi vida me vive
Y no se como terminar, si no termina
sábado, 9 de febrero de 2008
Feroz desamor
a los tumbos atravieso
el paisaje brumoso de la memoria
y recojo en la rompiente,
cuando las olas se alejan,
las adherencias que el recuerdo, caprichoso, atesora
desoyendo la cuerda oscura de tu voz,
las tenaces melodías,
las cautivas frases del hábito
Te desamo a locas.
Como un viejo sabueso,
busco en vano
jirones de tu mirada,
rastros de tu olor,
reflejos de tu figura en la multitud
Y el espejo manchado por la ausencia
me devuelve mi silueta sola,
la mirada anhelante, la voz escarmentada,
las manos abiertas a la nada