a los tumbos atravieso
el paisaje brumoso de la memoria
y recojo en la rompiente,
cuando las olas se alejan,
las adherencias que el recuerdo, caprichoso, atesora
desoyendo la cuerda oscura de tu voz,
las tenaces melodías,
las cautivas frases del hábito
Te desamo a locas.
Como un viejo sabueso,
busco en vano
jirones de tu mirada,
rastros de tu olor,
reflejos de tu figura en la multitud
Y el espejo manchado por la ausencia
me devuelve mi silueta sola,
la mirada anhelante, la voz escarmentada,
las manos abiertas a la nada
1 comentario:
El final es hermosamente desolador. Es la primera vez que leo tu poesía, te admiro una vez más.
La foto está bárbara. ¡Bienvenida al blog!
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